"Misteriosos realojos en Sevilla"
Este Excelentísimo sigue poniéndose medallas. Los vecinos de Sevilla Este están que trinan: Sevilla Este vuelve a manifestarse contra los «misteriosos» realojos. Sus nuevos vecinos carecen de civismo y de un mínimo para la convivencia. Según afirman «los niños pequeños corren por la calle descalzos, pero esto en el mejor de los casos, porque hemos visto a otros rajando las ruedas de los coches. Y si encima les dices algo, te amenazan con que su familia va a tomar cartas en el asunto». Desde el Ayuntamiento se opta por la postura que menos extraña, la negación: Ana Gómez (delegada de Bienestar Social) aclaró que estos realojos chabolistas «son rumores falsos, un dato desmentido tanto por el Ayuntamiento como por la Empresa Pública del Suelo Andaluz (EPSA)» En respuesta los vecinos ha invitado al Ayuntamiento a que visiten el barrio, cosa que dicen que harán en Septiembre.
¿Hasta dónde puede llegar la tontería? ¿Realmente va a ir en Septiembre? (En Agosto están de vacaciones, que para eso hizo una promesa Zapatero afirmando que todos los españoles las tendríamos). Pase lo que pase apenas tendrá repercusión en los medios, eso es seguro, pues se acercan las elecciones y en este país solo se escucha lo que se quiere oír. ¿Por qué el Excelentísimo y su equipo de gobierno no los realojarán cerquita de sus propias casas?
Y yo me pregunto, lejos de pretender ser insensible con la situación de los realojados, ¿debo vivir en una chabola para que el Ayuntamiento me regale una casa? Es decir, yo, que trabajo (ni más ni menos que otros, pero trabajo), que respeto las leyes, que procuro ahorrar mi dinerito para comprar (en vez de adquirir por "otros medios") que soy un vecino cívico y respeto a los demás... Yo ¿no tengo derecho a esa casa?¿ Debo comportarme como un marginado y vivir en una chabola para que el Excelentísimo y su camarada "el de la Pipa" me ayuden?
Comprendo que la situación de estos chabolistas no ha sido fácil. Que no han tenido las mismas oportunidades que los demás. Todo eso lo comprendo. Pero ¿quién me comprende a mi y a todos los que en mi situación se encuentran?
Yo no doy soluciones a este problema. En este caso no aporto nada. En este caso me toca exigir. Exijo un vivienda digna. Exijo que se cumpla la Constitución y el derecho a la vivienda digna se haga efectivo. Exijo y a continuación grito: "¡Eco!"... Y ya sabéis lo que me responden.