La nueva imagen de Sevilla en Semana Santa
Hay muchas cosas que cambiaría: no me gusta el suelo, aún reconociendo que son losas de granito de calidad. Es demasiado homogéneo, demasiado triste. No entiendo lo árbolitos que han puesto. No comprendo que trataban de conseguir poniéndo naranjos en semejante avenida. Naranjos centenarios, gruesos y fuertes. Pero naranjos a fin de cuenta. Que no me quieran vender la moto, esos árboles no van a dar sombra suficiente. Y las palmeritas esas que han puesto luego... bueno, muy bonita si quedan pero no hablemos de su sombra porque no quiero bromear. Ahora se está hablando de poner unos toldos. Bueno, a ver qué hacen... yo tiemblo.
Pero una de las cosas que más pena me dan, ahora que estamos en plena Semana Santa, es lo poco que lucen las cofradías por la avenida. ¿Soy el único que piensa que hay excesiva luz?¿tanto que en plena noche parece que es de día? No digo que eso no quede bien el resto del año, pero en Semana Santa... Pocas veces he disfrutado de las sillas en La Constitución, pero sufientes para comprobar que las farolas que había antes arrojaban una luz anaranjada y ténue que conseguía, junto con la candelería de los pasos, una atmósfera especial. Eso no ocurre ahora. Tanta luz hay que no se aprecia la de los círios. Espero que el Ayuntamiento y su Excelentísimo se percaten y tomen medidas. Sería fácil, muy fácil.
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