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El Ojo de Sevilla

14 mayo 2007

Si Doña María Luisa levantara la cabeza.

Ahora con el buen tiempo Sevilla se anima mucho. Lo turistas se multiplican. Las terrazas se llenan y las gafas de sol adquieren sentido. Es un gustazo pasear por Sevilla. Por su casco antiguo, sus calles, sus jardines y parques. Y eso he hecho yo este fin de semana. Por si no se ha notado anteriormente, soy un enamorado de Sevilla. Un enamorado crítico que sabe lo mucho que dista de ser una ciudad ideal. Pero un enamorado. Conozco sus rincones y me reenamoro cada día un poquito más. Pero parece que este Ayuntamiento y su Excelentísimo tienen como objetivo que esto suceda menos cada día.

Paseando paseando, acabé en el Parque de María Luisa. Precioso parque donde los haya. Nada de modernidades imbéciles que basan su diseño en el minimalísmo (tendencia muy adecuada para muchísimas cosas). Un parque lleno de árboles y plantas por doquier con una densidad vegetal que purifica el aire de manera excelente. Un pulmón necesario para la ciudad. Un parque muy especial que es visitado por miles de personas cada día, sobre todo turistas, pues posee muchas construcciones de gran valor histórico. Y esos turistas son los responsables de gran parte del dinero que entra en Sevilla, eso nadie lo discute. Pero entonces, ¿por qué no se le cuida? ¿Por qué lo tratamos con tan poco importancia? Cuando uno visita la ciudad con ojos de extranjero se da cuenta de lo mal que están hechas muchas cosas. Y para muestra, un botón. Paseando por el parque no pude evitar fijarme en el estado tan lamentable que se encontraba. Sus bancos hechos polvo. Pintadas, destrozos, arreglos chapuceros. Todo perfectamente abandonado a su suerte. ¡Y no solo por los turistas! Lo sevillanos nos merecemos tener la ciudad en condiciones.

Ahora con las elecciones de mayo, este alcalde nos pretende vender la moto de todo lo que ha hecho durante su mandato. Metro, carril bici, tranvía, peatonalizaciones (ya nadie se acuerda de los socavones, los comercios cerrados, las molestias ocasionadas, los árboles centenarios cortados, los retrasos monumentales, las improvisaciones continuas, etc. etc. etc.)… pero no habla de lo que deja por hacer. Y Sevilla, como todas las demás ciudades, requiere atención en el día a día.

El Parque de María Luisa es un legado precioso. Un legado que no se puede descuidar. El Ayuntamiento tiene la obligación de mantenerlo. No es un favor ni una gentileza. Se trata de una OBLIGACIÓN con mayúsculas. Pero a nadie en esta ciudad parece importarle lo más mínimo. Yo no he escuchado queja alguna. ¿Nadie se ha fijado en el lamentable estado de la Plaza de España? ¡Vamos…! No hay quién se lo crea. Sencillamente nos da igual. Somos cuatro monos los que de vez en cuando intentamos elevar la voz para que se nos escuche.

En fin, no me enrollo más que luego no hay quien lo lea. Dejo como testigo algunas fotos de lo bien cuidado que está el Parque de María Luisa. ¡Y porque no me fui a la Plaza de España!. Allí iré otro día y le dedicaré una entrada exclusiva.

¡Ala, a montarnos al tranvía y a sonreír!... que eso se nos da muy bien.